
Si ha llegado el momento en que desees esta demostración especial con una persona solamente, entonces, elígela, como dices. Anúnciala y declárala. No obstante, haz de tu declaración un anuncio momento a momento de tu libertad, no tu obligación continua. El amor verdadero siempre es libre y la obligación no puede existir en el espacio del amor.
Si consideras una promesa sagrada e irrompible, tu decisión de expresar tu amor de una manera particular a sólo una persona, puede llegar el día en que experimentarás esa promesa como una obligación y lo resentirás. Sin embargo, si consideras esta decisión no como una promesa que se hace sólo una vez, sino como una elección libre, hecha una y otra vez, nunca llegará ese día de resentimiento.
Recuerda esto: sólo hay una promesa sagrada y ésta es decir y vivir tu verdad. Todas las otras promesas son pérdidas de la libertad y eso nunca puede ser sagrado, puesto que libertad es Quién Eres Tú. Si pierdes la libertad, pierdes a tu Yo y eso no es un sacramento, es una blasfemia.
-Neale Donald Walsch-