
Desde la prehistoria, las plantas han jugado un papel muy importante en la dieta humana. Numerosas especies han venido siendo empleadas, desde siempre, con fines medicinales y un número más pequeño de ellas han tenido como finalidad última servir en determinados rituales.
La adquisición de estos saberes debió de efectuarse, a lo largo de milenios; como resultado de la actividad de numerosos individuos.
Tradicionalmente las mujeres han estado encargadas de la recolección de las plantas, y los hombres de la caza, dado que esta tarea no las obligaba a ausentarse largas jornadas y permitía que los niños pudiesen ayudarla.
Así pues, podríamos definirlas, con palabras de M. Alic, como las primeras “botánicas”.
Ya fuera por imitación de los animales, ya por experimentación propia, lo cierto es que tuvieron que aprender a distinguir entre cientos de especies, adquiriendo un amplísimo conocimiento las potencialidades de las distintas partes de las plantas y diferenciando entre comestibles, tóxicas, psicoactivas o medicinales.
En ese “saber” que fueron adquiriendo las mujeres acerca de las plantas, han ido tomando distintos nombres; mujeres sabias, curanderas, hechiceras, chamanas, sacerdotisas.
Fuente: La mujer y las plantas sagradas en el mundo antiguo- Daniel Becerra Romero